Darian Suazo Ramírez, estudiante del Recinto JVM “Ser estudiante del Recinto JVM significa formar parte de una comunidad comprometida con la educación de calidad”

por Rafael Paulino
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En el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU), Recinto Juan Vicente Moscoso (JVM), en San Pedro de Macorís, se forma una joven promesa de la educación: Darian Suazo Ramírez, quien lleva cuatro años como estudiante de esta casa de altos estudios.

Es oriunda de La Romana, pero su camino hacia el ISFODOSU comenzó en el Politécnico Calasanz San Eduardo, donde uno de sus profesores vislumbró su potencial y la animó a presentarse a las pruebas de admisión.

“Elegí Biología orientada a la Secundaria en primera instancia por mi interés por la naturaleza, por el amor hacía los animales y por haber disfrutado de la asignatura Ciencias de la Naturaleza durante todo mi trayecto escolar”, recuerda Darian.

Desde sus primeras prácticas docentes, Darian ha demostrado una habilidad innata para transmitir conocimientos y despertar la curiosidad de sus estudiantes. Su enfoque pedagógico se centra en conectar los contenidos con el entorno de los alumnos, logrando así un aprendizaje más profundo y relevante.

“Un buen educador es aquel que no solo transmite conocimientos, sino que también inspira, motiva y logra que el aprendizaje tenga sentido en la vida de sus estudiantes”, dijo.

A sus 22 años, Darian ha cosechado numerosos reconocimientos académicos, sumando entre 10 y 11 distinciones por sus sobresalientes índices cuatrimestrales. Su excelencia la llevó a ser seleccionada para una Beca de Intercambio Estudiantil en Costa Rica, convirtiéndose en una de las estudiantes del ISFODOSU en vivir esta enriquecedora experiencia.

“Soy una persona comprometida con la educación, apasionada por la biología y siempre dispuesta a aprender y mejorar. Mi carácter es fuerte, pero mi corazón es sensible; Me gusta caer bien y conectar con los demás, aunque nunca al punto de cambiar mi esencia por la opinión de otros”, manifestó.

Su pasión por la Biología y la enseñanza transformadora la llevó a tener el claro objetivo de adquirir una formación integral que le permitiera revolucionar la enseñanza y hacerla más significativa, así como diseñar experiencias de aprendizaje dinámicas y contextualizadas, que despierten el interés de los estudiantes por la ciencia.

Las clases del profesor Fernando García, especialmente Ética Profesional y Filosofía General, han marcado un antes y un después en su formación. «Sus enseñanzas me abrieron un mundo nuevo y me ayudaron a ver la vida desde otra perspectiva», expresa Darian.

Al graduarse del ISFODOSU, Darian aspira a realizar una maestría en Bioquímica o Química, para fortalecer sus conocimientos y convertirse en una docente aún más completa. Su sueño es emular a aquellos educadores que no solo transmiten información, sino que inspiran y motivan a sus estudiantes.

EC/

 

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