A Sugeidy le fascina la curiosidad que tienen los niños y la capacidad de aprender jugando, ya que son esponjas que aprenden de manera rápida, por eso estudió Educación Inicial.
Es una orgullosa egresada del ISFODOSU, en su recinto Juan Vicente Moscoso, JVM, que actualmente labora en el Colegio Cristo Rey en el sector Villa Velásquez, en San Pedro de Macorís. Dinámica y apasionada con su carrera, también da clases en la Escuela Nocturna Punta de Garza en el sector que lleva el mismo nombre.
Oriunda del sector Barrio Lindo, provincia San Pedro de Macorís, Sugeidy María Jiménez De La Cruz recuerda su infancia de manera feliz, con muchos sueños y padres muy atentos a su educación, salud y alimentación.
“Desde niña siempre me interesó ser maestra y jugaba ese rol con amigos del entorno, mis hermanas y ese sueño fue creciendo. Gracias a mis familiares soy una mujer luchadora, resiliente, me levanto al tropezar y aprendo de los errores. Tengo 3 hermanos y la relación con ellos se basa en una buena comunicación, el respeto y valores cristianos-católicos”, dice Sugeidy.
Su hermana Carmen vió una oportunidad en el recinto JVM y es ahí donde María decide inscribirse. En aquel entonces era difícil, porque trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, esto le generaba estrés, al final se adaptó.
Tuvo la oportunidad de estudiar en la última tanda de la mención nocturna que brindaba el recinto JVM. La docente Socorro Solís Peña le marcó, porque les hacía salir a ella y sus compañeros al patio y actuar como niños, para fomentar el desarrollo de la motricidad fina y gruesa en el nivel inicial, llevándolos a la realidad.
“Me gradué en el año 2012 de la Licenciatura en Educación Inicial en el recinto JVM y confirmo que el ISFODOSU es la casa de formación docente de más alto prestigio en el país. Ser egresada de esta universidad significa una capacidad de asombro de los demás, porque valoran la pasión por enseñar que impregna la institución, se marca la diferencia al tener la oportunidad de cambiar vidas a través de la educación que se obtiene aquí”, relata entusiasmada Jiménez.
Hizo una maestría en Psicología Escolar en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD; un diplomado en neurodesarrollo en la Fundación Ser y Crecer. Más adelante le gustaría realizar una maestría en educación inicial y un diplomado en jóvenes y adultos.
“En mi tiempo libre disfruto momentos de calidad con mis dos hijos y contemplar la naturaleza porque me da paz. Me identifico con la frase: “La Educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar al mundo», del educador y pedagogo brasileño, Paulo Freire, porque tiene un poder transformador de la educación a nivel individual y produce cambios sociales”, cuenta De La Cruz.
Al ser egresada del ISFODOSU, se siente reconocida, valorada en el sistema educativo por la formación de calidad. Recomienda a la casa de altos estudios, porque tiene un enfoque humanístico acompañado de la excelencia académica.
A los jóvenes que quieren ser docentes les aconseja cultivar la pasión por el aprendizaje, le tomen amor a la carrera, porque enseñar a otros es bonito, al cambiar la vida de un estudiante. Les insta a ser pacientes; empáticos, mantenerse actualizados con estrategias y técnicas y una gran resiliencia. También siempre recordar el impacto que brindan a los otros a través de lo que hacen e influir de manera positiva en los estudiantes, de forma profunda y duradera.
“Defino a un buen educador con un conjunto de características, habilidades y valores, una persona con un conocimiento profundo, que domina su materia. Es quien inspira, usa la empatía, paciencia y mantiene una buena comunicación efectiva. Creativo, inclusivo, que conoce su grupo de estudiantes. Si los tiene quinestésico, utiliza la técnica de aprender haciendo o si es auditivo, recursos audiovisuales y sobre todo, quien atiende a la diversidad que tiene en su entorno”, culmina la egresada.
Roger León