La colaboradora del recinto de ISFODOSU en Santo Domingo, Félix Evaristo Mejía, FEM, Solangel Minaya Camilo, emigró muy joven desde su pueblo natal, Nagua, hacia la ciudad de Santo Domingo, donde vivió junto a uno de sus hermanos. Proveniente de una numerosa familia conformada por sus padres y 12 hermanos.
Su padre Estanislao Minaya, agricultor y su madre Lidia Camilo, ama de casa formaron en ella y sus hermanos, principios, valores y dedicación, lección que aprendió Solangel quien resaltó su amor al servicio hacia los demás sin dejar de lado su entrega por el trabajo bien hecho.
Cuando comenzó sus labores como asistente de limpieza del área de servicios generales, fue en la Escuela República de Guatemala anexa al recinto Félix Evaristo Mejía (FEM), donde permaneció por varios años; realizó en paralelo a sus funciones el curso básico de enfermería y secretariado ejecutivo.
A sus 27 años pasó a formar parte del recinto FEM como colaboradora de este mismo departamento y desde hace 24 años brinda sus servicios a ISFODOSU y todo el personal administrativo, docente y estudiantil, labor que disfruta porque le permite relacionarse con todos sus compañeros de labores y brindarles un buen servicio a los demás.
Se identifica como una mujer solidaria, comparte actividades festivas con sus familiares, pertenece a la comunidad católica de la Santísima Trinidad como ministra de la eucaristía donde se congrega junto a sus hermanas de la iglesia los martes. Los domingos asiste a misa con su única hija Lidia Solangel y junto a su esposo Carlos Manuel Sánchez con quien lleva 25 años de casada por lo civil y eclesiástico.
“Mi experiencia en ISFODOSU ha sido buena, ya que he conocido personas que me han ayudado mucho espiritual y emocionalmente. He encontrado muchos amigos dentro de la institución, ISFODOSU es mi segundo hogar”, manifestó agradecida Solangel.
Entre risas, se define como una mujer solidaria, sensible, amorosa y servicial. Según expresa, ISFODOSU la ha marcado positivamente, porque le ha permitido crecer en lo laboral y cultivar una buena relación con sus compañeros de trabajo.
“Una anécdota que recuerdo con mucha alegría, fue encontrarme con muchos ex alumnos de ISFODOSU que me llamaban cariñosamente “tía”, cuando cursaba la licenciatura en el FEM. Después de diez años me siguen recordando con mucho afecto por el buen trato que siempre les brindé”, confiesa Minaya Camilo.
Asimismo, describió a ISFODOSU como la mejor universidad, donde se forman maestros y amigos, al tiempo que desea que muchas más personas vivan la experiencia de formar parte de esta gran familia institucional.