Su sueño era ser ingeniero en sistemas, pero debido a los escasos recursos en la familia, la vida lo llevó a la carrera de la docencia, donde encontró motivación para transformar vidas de muchos jóvenes en el desarrollo de las prácticas en las escuelas. Te contamos la historia de Luis Alberto Reyes Gómez.
Luis es oriundo de la provincia Santiago de los Caballeros. En su infancia tuvo varias situaciones que le hicieron vivir con varios familiares, hoy guarda una excelente relación con ellos, de armonía y buena comunicación.
Al cumplir sus 18 años, ingresó al recinto EPH, En un principio quería la mención secundaria, pero no había disponibilidad y optó por la licenciatura en Educación Básica para adquirir todo lo necesario en su formación.
“Un familiar me habló del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña, ISFODOSU, el Recinto en Santiago, Emilio Prud’Homme, EPH y decidí arriesgarme. Logré entrar y, en el ejercicio de tomar clases e interactuar con todos, fui a una escuela a realizar una tarea específica de la asignatura de Práctica Docente. Ahí me motivé a continuar en la carrera por la vivencia de cambiar el mundo desde las aulas”, dice Alberto.
Durante esa etapa, Reyes enfrentó desde el miedo escénico hasta escribir lo mejor posible para asistir a la pasantía. De igual manera, tuvo que lidiar con malentendidos entre compañeros, pero recuerda con cariño las largas exposiciones en filosofía en las aulas y las jornadas de investigaciones en las bibliotecas para completar sus asignaciones.
“Puedo decir que la cercanía con ellos era muy buena. Una vez llegamos a salir con el Mtro. Víctor Romero de informática a comer pan de nata en un parque cerca del recinto. También los buenos consejos de crecimiento profesoral del docente Catalino Pichardo, que siempre decía que -un maestro debe de vestirse elegante y presentable-, eso porque algunos íbamos con ropa no muy acorde a la profesión que estábamos cursando”, cuenta Gómez.
Luis culminó la licenciatura en el año 2013 y considera que ser egresado del recinto EPH del ISFODOSU, es poder decir que viene y es parte del mejor referente de formación para docentes en Santiago. Para él, no es solo un título; es un sello de excelencia que abre puertas y genera un respeto inherente en el ámbito educativo.
Explica que decir que es parte de la comunidad ISFODOSU, percibe una validación instantánea, una comprensión de que la formación va más allá de lo convencional, que ha sido parte de un programa riguroso y completo, diseñado para forjar educadores de impacto.
Alberto es consciente que la reputación de ISFODOSU le precede, gracias al enfoque en la pedagogía innovadora, la práctica constante y el compromiso con la transformación social al considerar que estos aspectos se reflejan en cada uno de sus egresados. Asegura que la institución no solo equipa con el conocimiento y las herramientas necesarias para enseñar, sino que también inculca una pasión por la educación y un sentido de responsabilidad hacia los estudiantes.
“El ISFODOSU es el alma mater de la formación de excelentes educadores en todo el país. El reconocimiento que siento por ser egresado de ISFODOSU es una fuente de inspiración. Me empodera para seguir adelante, innovar y dejar una huella positiva en la vida de cada estudiante. No es solo un reconocimiento a mi persona, sino a la visión y el legado de una institución que cree firmemente en el poder transformador de la educación”, afirma el Mtro.
El Mtro. está casado, tiene un hijo y reside en el municipio de Moca, provincia Espaillat. Es apasionado del deporte, juega baloncesto y voleibol. Suele compartir momentos de calidad con la familia, escuchar algún podcast, leer sobre la neuropedagogía, neurociencia, entre otros.
“Tengo contemplado realizar un doctorado en educación para trabajar y aportar el tema de las estrategias neuropedagógicas, porque debemos tener presente hoy día que enseñar es un gran aporte para seguir mejorando la educación a nuestros niños y jóvenes”, relata Luis.
En el año 2016 recibió un reconocimiento a las buenas prácticas en el politécnico donde hoy se desempeña como director y en el año 2024 otro reconocimiento por el buen desempeño en el área de coordinación de Pastoral Educativa de dicho centro educativo.
“Mi consejo para los jóvenes que quieren ser docentes es que estudien la carrera si de verdad sienten pasión, con el objetivo de transformar vidas en todo momento. Despierten la curiosidad en sus estudiantes, fomentando un amor genuino por el aprendizaje que trasciende las paredes del aula. Cada alumno es único, con sus propias fortalezas, desafíos y aprendizaje, sean flexibles y adaptables en sus métodos de enseñanza”, culmina el egresado.
RL/MS