José Miguel Rodríguez Sánchez, docente JVM: “Un buen educador deja de ser él para convertirse en un servidor de los demás”

por Rafael Paulino
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José Rodríguez fue militar del Ejército y constantemente se desplazaba por el país, pero siempre tuvo presente el compromiso social, y en él ardía la llama de querer aportar más a la comunidad. De ahí surgió su verdadera vocación: la docencia. 

Oriundo del Municipio Villa La Isabela, comunidad Los Anegadizos, provincia Puerto Plata, define su niñez como feliz, con recuerdos de una vida de campo, apegada a los valores familiares de la época, pero siempre muy unida. 

“La relación con mis familiares actualmente es excelente y gracias a ellos me considero un hombre humilde, tranquilo y conciliador. Me gusta dialogar y mediar en los conflictos de los demás”, cuenta José.

Realizó sus estudios primarios en la Escuela Rural Los Anegadizos y los secundarios en el Liceo Emilio Prud’Homme en Valverde, Mao, el Liceo Sergio Augusto Beras de El Seibo y en el Liceo Nocturno Puerto Rico, en San Pedro de Macorís.

Rodríguez dice haber conocido a un pastor y maestro que le motivó un día a tomar el examen de admisión del hoy recinto del ISFODOSU en San Pedro de Macorís, Juan Vicente Moscoso, JVM. Logró superar la prueba que le permitió cursar su primera carrera en profesorado en educación primaria, del año 1994 al 1996. 

“Recuerdo que en el año 1998 me llamaron para cubrir una licencia de la encargada de Biblioteca y me contrataron de manera definitiva para impartir reforzamiento en el área de matemáticas. Concursé desde 2015 a la fecha me desempeño como coordinador de práctica docente desde el 2015”, relata Rodríguez. 

Realizó la licenciatura en Ciencias Físicas y Matemáticas en la Universidad Central del Este, UCE, y una maestría en Educación, Mención Docencia; también, diversos cursos en actualización, e indica que gracias al ISFODOSU ha visitado países como Israel, España, Estados Unidos, a través del Programa de Movilidad Docente.

Ha impartido docencia en la UCE, pero se enamoró del ISFODOSU, y por ello se dedica a tiempo completo a esta entidad, procurando mantenerse actualizado con cursos, poniéndose al tanto con la tecnología, y compartiendo en “hermandad” con sus colegas, de los que dice que siempre están dispuestos a colaborar. 

“Llevo 25 años como docente en el ISFODOSU y el recinto JVM significa una parte fundamental en mi desarrollo personal y profesional. Me ha dado oportunidades y me ha servido como un segundo hogar, marcando de manera positiva cada experiencia. Estoy satisfecho con mis compañeros de trabajo. Sacamos los mejores resultados de cada situación. ISFODOSU es insustituible en mi vida”, nos dice entusiasmado el docente.

Hoy en día reside en San Pedro de Macorís junto a su compañera y los 5 hijos que han procreado. En su tiempo libre le gusta caminar, jugar con los perros, visitar el campo y montar a caballo. Se identifica con la frase: “Unidos somos más”.

Para José, la educación genera una gran satisfacción al comprometerse con los estudiantes tiempo completo, 24 horas, los 7 días de la semana, “porque no es simplemente impartir una clase en el aula, va más allá, es predicar con el ejemplo  un estilo de vida”. 

“He tenido alumnos que me han marcado, dispuestos a ser parte del proceso formativo en el grupo donde se encuentren. Se han entregado por completo para dar lo mejor y reaccionar con retroalimentaciones y que todo salga mejor. Ese es el sentido, compartir con los estudiantes, compañeros, ser mejores personas y en el tiempo de clases estemos agusto”, afirma Sánchez.  

Define a un buen educador como paciente, con mucha inteligencia para lidiar con las situaciones que se presentan en la cotidianidad en el desempeño de la carrera. Un educador es una persona laboriosa, que disfruta trabajar en equipo, con don de escucha, capaz de ponerse en el lugar de los demás y entender las situaciones que afectan a cada uno. Que deje de ser él para convertirse en un servidor de los demás.

Roger León

 

 

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