En este día ondeamos por todo lo alto la culminación de un capítulo del gran libro de nuestras vidas llamado “Metas”; libro, con un sinfín de páginas vacías, que continuaremos escribiendo.
Nos llena de regocijo estar investidos para la ocasión, pues, las semillas de la disciplina, y entrega, así como los sacrificios sembrados en nuestra Alma Mater, ISFODOSU, han germinado y permanecerán fructificándose a lo largo de nuestra vida profesional y personal.
Ciertamente cada triunfo personal no es un fruto exclusivo de quien lo protagoniza, sino que, tras el telón se encuentran un sinnúmero de actores secundarios; actores que han sido cimiento y que sin ellos, resultaría improbable conocer la estación del éxito.
Por esto, en nombre de todos los graduandos, damos las gracias a Dios Todopoderoso, fuente de toda sabiduría, creador y sustentador del universo, por su incondicional compañía en este trayecto. A él sea dada toda la gloria.
Asimismo, agradecemos a nuestros queridos familiares y amigos por ser nuestro soporte y alentar nuestros esfuerzos.
En este sentido, además, ponderamos a nuestra casa de estudios, ISFODOSU; lugar donde tuvimos la dicha de compartir espacios académicos con maestros apasionados, dotados de una genuina y admirable vocación por la enseñanza, que además, se han ocupado de moldearnos con su entereza moral.
A pesar de que hoy colocamos lápices arriba en la redacción de este capítulo que hoy concluímos, debemos tener presente que obtener esta titulación representa un gran reto y compromiso social. El honor de nuestro país está en manos de la Educación, por lo tanto, debemos trabajar para que la influencia del docente en las aulas no decline por falta de fibra ética o de competencias profesionales. Por ello, aspiramos a que nuestro sistema de valores personales sea coherente con la profesión hoy investida.
Queridos compañeros, a partir de hoy, colegas: aprovechemos el potencial que habita en nosotros para seguir perfilándonos y fabricar estrategias que arrojen resultados positivos de conocimiento, competitividad y buenos valores en nuestros estudiantes
El filósofo Séneca expresó: “largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos”, por eso saludamos, haber sido formados en la práctica, desde el inicio de nuestra carrera. Esas más de 1,300 horas de prácticas docentes en centros escolares, todo el intercambio de conocimiento y saberes que vivimos, nos hace sentirnos listos para dar lo mejor de nosotros al sistema educativo dominicano.
Compañeros, nos corresponde retribuir a la sociedad lo que nuestra casa de estudios nos entregó. Distingámonos por llevar a cabo acciones fértiles, que den vida y esperanza. Seamos instrumento de enseñanza desde el amor, fomentando la paz, el respeto y la unión, logrando así, derramar pequeñas gotas de fe en nuestra sociedad y hacer de ella un lugar más amable donde morar.
Si lo hacemos, recibiremos un galardón que trasciende lo tangible, y es la plenitud del espíritu.
Seamos luz y guía con nuestro ejemplo, y continuemos buscando nuevos horizontes de conocimientos, reinventándonos conforme a las exigencias que los tiempos demandan. Es justo lo que ISFODOSU nos ha enseñado.
Finalmente, deseo culminar este mensaje con una expresión de William Arthur Ward: “El maestro superior demuestra, el gran maestro inspira”. Seamos ese maestro. Muchas gracias.
Discurso de graduación de Hodalquis López Germán
Egresada de honor de ISFODOSU, Recinto Juan Vicente Moscoso (JVM)