La insistencia de su madre y una combinación de circunstancias, hicieron que Yenny Altagracia Rosario Grullón se involucrara en el mundo de la docencia y desempeñarse hoy como directora académica del recinto del ISFODOSU en Santiago, Emilio Prud’Homme, EPH.
Es oriunda del municipio de Moca, provincia Espaillat y recuerda su niñez en el campo como una etapa muy alegre, en compañía de sus abuelos y disfrutando de distintas actividades como juegos en la casita de los cafetales, las escondidas en la pangola y trepando árboles. En la actualidad tiene una bonita relación de cuidado y apoyo con sus familiares. La maestra se define como una mujer íntegra, alegre, comprometida con sus seres queridos y el trabajo. Organizada, leal, perseverante, determinada y ética.
“Realicé mis estudios primarios en la comunidad Las Guazumas, de Moca y en ese tiempo, el centro educativo, del mismo nombre, funcionaba como escuela primaria en el día y secundaria en la noche. Decidí estudiar de noche para ayudar a mis hermanos y a mi madre que trabajaba, porque soy la hermana mayor. Gracias a esto aprendí a cocinar desde temprano y siempre estuve atenta a mis estudios”, cuenta Yenny.
Su madre, quien también es maestra, siempre vio en ella el perfil para ejercer la profesión docente, pero Yenny tenía el sueño de convertirse en arquitecta. Sin embargo, al aprobar una prueba de admisión en el recinto del ISFODOSU en el municipio Licey Al Medio, Luis Napoleón Núñez Molina, LNNM, en aquel entonces escuela normal, supo que ese era su norte. Hizo un profesorado en Educación Básica en este recinto y la licenciatura en Ciencias de la Educación en la Universidad Abierta para Adultos, UAPA.
“Ella (su madre) me convenció. A mis 17 años yo no podía costear la carrera que quería. Irónicamente, mis amigas que sí deseaban ser docentes reprobaron y es ahí donde mami me dijo que la carrera de educación era mi destino. Así que acepté su consejo, pero fue cuando me enfrenté a mi primer grupo de estudiantes de quinto de primaria en el colegio Carrusel que descubrí mi verdadera vocación. ¡Aún recuerdo sus rostros y el nombre de cada uno! Ese grupo me atrapó y me mostró que la enseñanza es más que una profesión: es mi pasión.
Lleva 24 años siendo docente, de los cuales ha dedicado 10 al ISFODOSU, donde, al ser del área de Lengua Española, imparte asignaturas relacionadas a la alfabetización inicial; didáctica, procesos de comprensión y producción escrita. Desde el año 2020 asumió la Dirección Académica del EPH.
Para la docente, el EPH es la “casa de la alegría”; donde reina el compañerismo, la vocación y espiritualidad, se combina la formación de futuros docentes con el espíritu salesiano y sus labores cobran mayor significado.
“Sin dudas, el ISFODOSU y en especial el EPH es un espacio donde la educación y los valores van de la mano, estoy muy agradecida de ser parte del legado que dejamos. Verdaderamente, el destino nos lleva por caminos inesperados para mostrarnos donde realmente pertenecemos”, afirma la profesora.
Ha realizado maestría en Lingüística Aplicada; Especialidad en Lectoescritura y en la actualidad un doctorado en “Español: investigación avanzada en lengua”. También, diversos diplomados sobre liderazgo, enseñanza virtual, herramientas tecnológicas, entre otros. Ha impartido clases en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, PUCMM y la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD.
“Mi consejo para los jóvenes es que asuman esta carrera con pasión, cultiven su conocimiento y engrandezcan su espíritu”, exhorta Yenny.
A la profesora le gusta pasar tiempo de calidad con su esposo y dos hijos en su natal Moca, bailar y se identifica con la frase: “Educar es un acto de amor, es cosa del corazón”, inspirada en Paulo Freire y en San Juan Bosco. También: “Quien disfruta trabajando, aprende y mejora lo que hace, así que ¡sonríe!”, ideas de varios pensadores.
“Para mí, un buen educador es un profesional que se forma constantemente; tiene dominio disciplinar y pedagógico, es ante todo un ser humano íntegro, respetuoso y comprometido con su labor”, culmina la docente.
RL