Memorias de un docente, utilidad de su lectura para quienes aman la enseñanza

por Rafael Paulino
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De autoría del Dr. Braulio de los Santos, director Académico del Recinto Félix Evaristo Mejía.

El crisol y la criba es un relato de carácter autobiográfico escrito por Manuel Matos Moquete. En su primera parte la obra conecta al lector niñez, ávida de conocimientos y saberes, en el suroeste de República Dominicana. Sigue un hilo de narración de la escuela, de las creencias, normativas y exigencias de los maestros, hasta llegar, en su viaje de la vida, a la educación secundaria y universitaria.

Es en este momento donde la situación política y social del país, con sus complicaciones, lo atrapa. Las lecturas y la participación en movimientos estudiantiles y políticos de oposición —en una etapa de escaso desarrollo democrático, de intolerancia de las disidencias— lo llevan a una salida forzosa del lar nativo y lo conducen a París, tierra de libertad.

En la presentación del libro la rectora del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU), Nurys González, afirma que «…sus relatos transcurren entre anécdotas de un exiliado político en París, memorias que transitan por la vasta obra, sus vivencias como revolucionario y anotaciones de clases sobre los grandes exponentes de la lingüística». Gráfica narración de los años donde mejor se describe la productividad y proyección del autor.

Ya en tierra francesa, y una vez integrado en el mundo universitario, el texto narra los desafíos que enfrentó: un idioma nuevo, la necesidad de establecer nuevas relaciones y la diversidad de asignaturas, métodos y docentes. Se detalla su recorrido académico, que abarcó desde la licenciatura en Letras Modernas y Francés, pasando por la maestría en Letras Modernas, hasta culminar con un doctorado en Literatura.

En 2023, ISFODOSU, como parte de su política de publicaciones, decidió editar y publicar las memorias del laureado escritor y maestro dominicano Manuel Matos Moquete. El autor dice en su portada que se trata de «Relatos de aprendizaje». El título original de la obra es El crisol y la criba.

Tal vez, para contextualizar el gráfico título de la obra, conviene establecer que, según la Real Academia Española (RAE), un «crisol es un recipiente que se usa para fundir materiales a altas temperaturas». También se usa de manera figurada para referirse a un lugar o situación que produce cambios o desarrollo. En el caso de la criba, la RAE define esta palabra como un «utensilio para separar partículas de distinto tamaño o grosor, o como una selección rigurosa».

A partir de estas definiciones se puede tener un acercamiento conceptual bastante sugerente de la direccionalidad que el autor le imprime a su obra desde el mismo título: recipiente para fundir materiales a altas temperaturas y tamiz. Buenos puntos para iniciar una reflexión.

En el ámbito académico local, como en el internacional, es de general conocimiento que el señor Matos Moquete, aparte de ser un reconocido autor, distinguido por sus facetas de poeta, narrador, ensayista y crítico literario, ha sido maestro, condición que reivindica con pasión cada vez que tiene oportunidad.

En la medida en que el lector se adentra en las páginas de El crisol y la criba, en las marañas de los orígenes del autor y su vida en Tamayo, municipio de Barahona, en el seco y mayormente arenoso, así como bello suroeste de la República Dominicana, se alborotan cavilaciones y acaso preguntas interesantes.

La agradable lectura de este libro, escrito por un maestro, hace de repente surgir una inquietud: ¿Hasta dónde pudiera ser de relevancia o utilidad para un docente leer la biografía o las memorias o las experiencias de vida de otro docente?

En el mundo empresarial, bastante lejano del de la escuela y del docente, por cierto, se maneja una terminología que con frecuencia se distancia de los temas académicos o educativos. Hay un concepto, sin embargo, que pudiera tener utilidad para comenzar a dar respuestas a la pregunta anterior. Se trata del benchmarking, un término de origen anglosajón, que plantea un análisis comparado de los procesos, productos, y servicios de una empresa con los de otras, con el objetivo de mejorar su desempeño.

Entre los beneficios del benchmarking se pueden nombrar: identificar áreas de mejora, desarrollar planes de acción, aumentar la eficiencia y competitividad, innovar y desarrollar nuevos productos o servicios y fomentar la creatividad.

Una definición más simple lo llamaría, en forma llana, punto de referencia. Precisamente de esto se trata, cuando un docente lee y analiza las vivencias y experiencias de otro, y desde ahí cuestiona su propia práctica y descubre puntos fuertes para afianzar y puntos de mejora para proyectar al futuro su propio accionar, esta vez con esperanza de mejores resultados.

En pocas palabras, se reseña la posibilidad de dar a conocer lo que en la actualidad se llama buenas prácticas, en lo referente a la actividad educativa. La inteligencia artificial, muy de estos tiempos, plantea que este concepto se refiere a «los métodos, procedimientos o enfoques que se consideran efectivos y recomendados para lograr un resultado deseado o para abordar un problema específico en un campo o actividad particular».

La lectura del libro del maestro Matos Moquete bien puede llevar al lector, más si es docente, por un campo de disrupciones, a partir de los aspectos que aborda. Desde el vencer dificultades como un origen lejano y pobreza material, pasando por superación de desafíos y ambientes hostiles, hasta llegar a conseguir éxito y reconocimiento indiscutibles en el oficio de escritor; lo que tal vez se vincule con la condición primaria de ser docente. Es evidente que un docente, un maestro, puede hacer otras cosas en su vida laboral e intelectual, puede desarrollar otras competencias vinculadas a su profesión primaria: el magisterio.

Un aspecto para resaltar está relacionado con los valores que a lo largo del camino se ven reflejados como prácticas de vida en los múltiples momentos de la evolución del personaje en la obra. Valores que por lo general acompañan o deben acompañar a un buen maestro y que se muestran con su recompensa posterior.

La perseverancia, la responsabilidad, la honestidad, el denuedo, la capacidad reflexiva, la gratitud y otros valores más brillan sin ser expuestos de forma literal. Más bien surgen en la narrativa de manera espontánea y fluida.

Un docente, o aun quien no lo es, de seguro encontrará en El crisol y la criba estrategias y aspectos potenciales de éxito, factibles de emular; también ejemplos de buen hacer en múltiples planos del camino a la construcción de una carrera u oficio paralelo a la propia labor docente. Conseguirá identificar diferenciadores positivos en la ruta de hacerse a sí mismo, de cómo enfrentar cada nuevo desafío, por ejemplo, al adentrarse en un territorio extranjero, a menudo extraño y hostil, donde se debe superar un idioma desconocido y adaptarse a un vasto abanico de aspectos culturales diversos.

El autor da cátedra del buen decir al escribir, con una prosa que destaca por su ligereza y fluidez, sin dejar de ser interesante y copiosa. Su habilidad se manifiesta en la integración de figuras literarias, tan bien estructuradas como variadas, que consiguen evitar la fatiga en el lector y mantener su interés y foco de manera constante.

En resumen, la lectura de vivencias, logros, peripecias y experiencias felices, o no tanto, redactadas por un docente, y que caen en manos de otro, puede bien tener efectos motivadores. Estos acercamientos también pueden develar formas nuevas o diferentes de enfrentar situaciones en su particular vida laboral o abren las puertas a emprender otros retos, en otras áreas del saber, cónsonas con su carrera original de educador.

 

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