Marta Celiz María Muñoz Muñoz creció en la comunidad Bonagua, El Llano, provincia La Vega, en un ambiente cargado de respeto, humildad, cuentos, inocencia y actividades lúdicas al lado de sus hermanos, primos, vecinos y amigos.
Su infancia se caracterizó por el cuidado, amor, actitudes de responsabilidad hacia los deberes, que gracias a sus padres la convirtieron en una mujer íntegra, resiliente, entusiasta, servicial, empática y sociable.
Marta realizó diferentes estudios formales que corresponden a la rama de la Bibliotecología. Obtuvo el título de licenciada en Educación en el área del Nivel Inicial, en el ISFODOSU, en su recinto en el municipio Licey Al Medio, Luis Napoleón Núñez Molina, LNNM. Posteriormente, realizó la maestría en Formación de Formadores.
Ingresó a laborar a la entonces escuela normal, hoy convertida en el Recinto del ISFODOSU en Santiago, Emilio Prud’Homme, EPH, y actualmente colabora en la División de Recursos para el Aprendizaje y también, se desempeña como docente del área de Pedagogía de dicho recinto.
“Tengo la función de supervisar las acciones que se realizan en la División, con el objetivo de brindar un servicio de calidad a los usuarios: alumnos, docentes, personal administrativo, académico y usuarios externos que visitan la Biblioteca”, cuenta Celiz.
También gestiona la implementación de talleres sobre uso y normas de biblioteca; inducción a la búsqueda física y en línea de los recursos, desde la Biblioteca Virtual del ISFODOSU e instruir sobre el Club de Lectores, a los estudiantes y docentes de nuevo ingreso, así como capacitar a usuarios investigadores sobre el uso de fuentes de información e investigación educativa, entre otras.
“El recinto Emilio Prud’Homme es la casa que me acogió aquel 3 de marzo de 1993. La experiencia en el recinto y en general desde el ISFODOSU, me ha traído innumerables vivencias, que quedarán en mi para toda la vida”, relata Muñoz.
Marta reside en el Distrito Municipal Higüerito Arriba, municipio de Moca, provincia Espaillat. Tiene dos hijos, Franklyn Miguel Guzmán Muñoz y Natalia Guzmán Muñoz. Disfruta caminar, compartir en familia, visitar localidades del país, observar el paisaje, la naturaleza, darle cariño a sus flores y explorar la Cordillera Central y Septentrional.
Se identifica con la cita bíblica: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, y las palabras: “Puedo, quiero y decido”. Más adelante, le gustaría realizar un curso en torno al tema medioambiental, porque le fascina la relación entre la ciencia, la vida y los niños.
“Llevo 32 años ininterrumpidos siendo colaboradora en el ISFODOSU y me gusta la dinámica en que se desarrollan los procesos, la interacción con el usuario para atender a un mejor servicio, así como el trabajo en equipo, lo que permite que las metas se realicen con buenos resultados”, expresa Celiz.
Cuando cumplió los 31 años de servicio, en el año 2024, recibió un broche y una placa de reconocimiento, por parte del Recinto EPH y la Dirección de Recursos Humanos de Rectoría.
“Del ISFODOSU espero que siga expandiendo la esencia que lo caracteriza, sembrando en la sociedad la cosecha productiva que impregnaron Eugenio María de Hostos y Salomé Ureña junto a cada insigne maestro que colaboró en la obra magisterial”, concluye la colaboradora.
RL