“Nos convertimos en docentes, en formadores de las futuras generaciones, en guías y mentores”
Hoy es un día lleno de emociones y orgullo, un momento en el que celebramos el esfuerzo, la dedicación y el compromiso que nos han traído hasta aquí. Nos reunimos para marcar el fin de una etapa importante y el comienzo de nuevas oportunidades, rodeados de las personas que nos han acompañado en este viaje inolvidable. Es un honor estar aquí juntos, listos para dar el siguiente paso en nuestras vidas.
Inicialmente, extiendo un profundo agradecimiento a las autoridades educativas, a los departamentos correspondientes y a todos aquellos involucrados en nuestro proceso formativo por habernos brindado la valiosa oportunidad de que pudiéramos realizar nuestros estudios en esta maravillosa institución. El compromiso y el apoyo constante de estos colaboradores hizo posible que pudiéramos acceder a una educación de calidad, fundamental para nuestro desarrollo académico y personal. Valoramos enormemente el esfuerzo realizado para crear un entorno educativo inclusivo y enriquecedor, permitiendo que cada uno de nosotros crezca como profesional y ciudadano responsable.
Al reflexionar sobre los últimos años, es imposible no pensar en cómo nuestras vidas dieron un giro inesperado. El mundo entero se detuvo con la llegada de la pandemia del COVID-19, y con ello, todo cambió para nosotros. De un día para otro, las aulas físicas quedaron vacías, y nos vimos enfrentados a un desafío completamente nuevo: la educación virtual. Para muchos, estudiar desde casa no fue una tarea sencilla. Tuvimos que adaptarnos rápidamente a una realidad en la que, a veces, la electricidad fallaba justo antes de una clase importante, o en la que la falta de dispositivos adecuados y una señal de internet inestable, especialmente en días de lluvia, nos desconectaba del aprendizaje. Fue un tiempo de incertidumbre, sí, pero también de crecimiento, donde descubrimos nuestra capacidad de resiliencia y adaptación.
No solo enfrentamos esos desafíos, sino que también tuvimos que vivir la experiencia única de nuestras prácticas docentes. Nos adentramos en las escuelas públicas, donde las aulas llenas de estudiantes y las condiciones limitadas nos mostraron una realidad que muchos desconocíamos. Estas experiencias, lejos de desmotivarnos, nos hicieron más fuertes, más comprometidos con nuestra vocación y nuestro país. Aprendimos que enseñar no se trata solo de contar con los mejores recursos, sino de tener el corazón y la voluntad de marcar una diferencia en la vida de cada niño que se sienta frente a nosotros.
Recorrer largas distancias para llegar a la universidad fue un reto constante para muchos de nosotros. Día tras día, nos enfrentábamos al tráfico interminable y a las complicaciones del transporte, además de intensas lluvias que complicaron aún más nuestra travesía. Pero siempre con la firme determinación de continuar nuestro camino hacia el aprendizaje y el crecimiento personal.
Este no es solo un logro individual, sino colectivo. Hoy celebramos no solo por haber superado los exámenes y completado nuestras pasantías, sino por haber resistido, por habernos levantado una y otra vez frente a cada obstáculo. Somos la generación que, ante las adversidades, se mantuvo firme, y ahora, con diploma en mano, está lista para enfrentar el mundo.
Compañeros graduandos, hoy culminamos una fase importante de nuestras vidas e iniciamos una nueva. Nos convertimos en docentes, en formadores de las futuras generaciones, en guías y mentores. Cada paso que demos a partir de ahora estará lleno de oportunidades para crecer y seguir aprendiendo, no solo de nuestros colegas, sino también de nuestros estudiantes.
Hoy, al recibir este título, comenzamos una nueva etapa llena de expectativas y, sí, también de desafíos. Sabemos que el sistema educativo enfrenta dificultades, y que nuestras escuelas necesitan de docentes comprometidos, dispuestos a dar lo mejor de sí mismos. También, sabemos que tenemos las herramientas y la formación para ser esos agentes de cambio que tanto necesita nuestra sociedad.
Nuestro rol como maestros no termina en el aula. Debemos ser líderes, guías y, sobre todo, seres humanos sensibles a las necesidades de nuestros alumnos. Tenemos la oportunidad de impactar sus vidas de manera profunda, de ayudarlos a forjar su camino y de inspirarlos a alcanzar sus metas.
El futuro que nos espera está lleno de retos y también de oportunidades. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de marcar una diferencia significativa en la vida de nuestros estudiantes. Hoy, más que nunca, debemos recordar que la educación es el arma más poderosa que tenemos para cambiar el mundo, pues como dijo William Butler Yeats “la educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego”.
Hoy, quiero exhortarlos a seguir adelante con pasión, con entrega y con la firme convicción de que estamos haciendo algo verdaderamente importante. Nuestro trabajo no es solo un empleo; es una misión. Estamos moldeando el futuro, y eso es algo que debemos hacer con amor, paciencia y dedicación.
Gracias a ISFODOSU por darnos las herramientas necesarias para enfrentar el futuro con confianza y por abrirnos las puertas a este nuevo mundo. Esta institución no solo nos brindó la oportunidad de formarnos como docentes, sino que también se convirtió en un espacio donde crecimos como personas. ISFODOSU nos ha dado mucho más que una educación formal. Nos ha mostrado el verdadero significado del servicio, de la empatía y de la vocación.
Agradecemos profundamente a cada uno de los docentes que nos guiaron durante estos años. Ustedes no solo nos transmitieron saberes académicos, sino que nos enseñaron a ser mejores seres humanos. Nos recordaron, una y otra vez, que ser maestros implica una gran responsabilidad, y que, más allá del aula, somos agentes de cambio en nuestras comunidades. Gracias por su dedicación, su paciencia y su compromiso inquebrantable con nuestra formación. También queremos expresar nuestro agradecimiento a nuestras familias por su apoyo incondicional, por estar a nuestro lado en los momentos de mayor esfuerzo y sacrificio.
Al llegar al final de este viaje y mirar hacia el futuro, me gustaría dejar un último mensaje de reflexión y esperanza. Hoy llevamos con nosotros no solo un título, sino también un conjunto de experiencias y aprendizajes que nos han forjado como personas y profesionales. El ISFODOSU nos brindó no solo diplomas como Inglés para Docentes, Valora Ser, Tecnología Educativa y Educación Constitucional, sino también la oportunidad de participar en el programa de movilidad estudiantil, que amplió nuestros horizontes al exponernos a otras culturas, rompiendo barreras y enriqueciendo nuestra visión del mundo.
Cada reto superado, cada sacrificio realizado, y cada lección aprendida nos ha preparado para enfrentar el mundo con valentía y convicción. Que nunca olvidemos el propósito que nos trajo hasta aquí: ser luz para aquellos que nos seguirán. Que en cada aula que pisemos, sigamos encendiendo ese fuego del conocimiento, de la curiosidad y de la empatía en nuestros estudiantes.
Estamos ante una oportunidad única, y depende de nosotros aprovecharla. La educación no se detiene aquí, solo cambia de escenario. Hoy, nos comprometemos a seguir aprendiendo, a seguir creciendo y a ser los maestros que nuestros estudiantes necesitan y merecen. Porque al final del día, nuestro legado no será solo lo que enseñemos, sino cómo hayamos tocado las vidas de aquellos que cruzaron nuestro camino.
Con gratitud en el corazón, determinación en la mente y pasión en el alma, seguimos adelante, listos para construir un futuro mejor. ¡Gracias!
Discurso de la graduanda de honor
Jafreysi Leonardo
Graduación ordinaria de SD. Octubre, 2024.