Vianibel Altagracia Valerio Bejarán, egresada EPH: “ISFODOSU me dió las herramientas para ser el vehículo que cambia la vida de los estudiantes”.

por Rafael Paulino
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Vianibel Altagracia Valerio Bejarán nació en el sector Villa Verde, de la ciudad de Santiago de los Caballeros y recuerda su niñez de manera feliz, aunque un poco solitaria, por ser hija única.

Realizó sus estudios primarios en la Escuela Salomé Ureña de Henríquez y los secundarios en el Instituto Politécnico La Esperanza, como técnica en mercadeo.

Se inscribió en la Universidad Tecnológica de Santiago, UTESA, en la carrera de mercadeo, pero no la llenaba y alguien le habló del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña, ISFODOSU, e inmediatamente vió la oferta académica y quedó encantada y sin pensarlo dos veces decidió cambiarse.

“Me defino como una persona positiva, optimista, muy expresiva y comunicativa, además que soy curiosa, empática y un tanto sentimental, en gran parte gracias a mi madre, que la quiero mucho”, cuenta Vianibel.

Optó por la Licenciatura en Lengua Española y Literatura Orientada a la Educación Secundaria, en el recinto en Santiago de los Caballeros, Emilio Prud’Homme, EPH, del ISFODOSU, porque siempre fue buena con las letras y le fascina leer, escribir y desde pequeña ayudaba a sus compañeros con las explicaciones de las clases.

“En mi segundo año de la carrera quedé embarazada y muchas personas me dijeron que abandonara porque no iba a lograrlo y eso significó un gran reto para mí, pero lo cumplí y aquí estoy dando lo mejor. Graduarme con el índice de 3.97 y haber recibido reconocimientos de excelencia académica me demostró que la única persona que se interpone en alcanzar el éxito es uno mismo y eso me hace querer ser mejor día a día”, explica entusiasmada Bejarán.

Vianibel, en su tiempo libre disfruta hacer maestrías de ceremonias y animaciones en eventos. Está realizando una Maestría en Lengua y Literatura en el ISFODOSU y finalizó un Diplomado en Evaluación Por Competencias. Tiene contemplado seguir capacitándose.

Ella se identifica con la frase: “No soy un cuerpo con alma, soy un alma con una parte del cuerpo”, y considera que hay que darle más importancia al interior, porque es lo que realmente importa y es el recuerdo que las personas tendrán siempre de uno.

“Ser egresada del recinto EPH significa haber tomado una de las mejores decisiones de mi vida. ISFODOSU me dió las herramientas para ser el vehículo que cambia la vida de los estudiantes. Actualmente laboro en el Liceo Onésimo Jiménez, que es cogestionado por ISFODOSU y desde que llegué me recibieron contentos por haber salido de esta alta casa de estudios, valorada por muchos como la mejor en formar maestros de calidad”, expone la egresada.

El consejo que le da a los jóvenes que quieren ser docentes es que no se guíen de los comentarios negativos y mantengan viva la vocación de ayudar por encima de las dificultades que encuentren en las aulas para generar un cambio importante en el país.

Valerio expone que ISFODOSU brinda todas las posibilidades de convertirse en una maestra de alto rendimiento, no solo en conocimientos, también fortalece la parte ontológica del ser en todas las dimensiones, caracterizado por un trato personalizado.

“Un buen educador es aquel que conecta con el estudiante, sabe sus necesidades y busca los recursos necesarios para llegar al conocimiento conceptual, de amor y de los valores que debe tener un buen ser humano”, culmina la egresada.

RL

 

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