Gabriela Oldemary Deschamps Leyba, docente FEM: “Tengo en mis manos una hermosa responsabilidad y gracias al ISFODOSU puedo guiar, motivar y contribuir al desarrollo de los estudiantes”.

por Rafael Paulino
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Gabriela Oldemary Deschamps Leyba, desde niña fue muy curiosa y conversadora, buscando incansablemente el conocimiento y tratando de ayudar al prójimo en todo lo que pudiera.

Oriunda de la ciudad de Santo Domingo, cuenta que pasó su niñez rodeada de juegos, risas y veía su entorno como una nueva aventura donde cada día podía explorar y aprender.

“Mi familia es mi roca. Considero que somos un equipo lleno de amor y apoyo. Nos cuidamos, nos divertimos y siempre estamos ahí el uno para el otro. Definitivamente son una de las partes más fundamentales en mi vida”, cuenta Gabriela.

Realizó sus estudios secundarios en la Academia La Trinitaria y culminó los de grado en la la Universidad O&M, con la Licenciatura en Psicología Clínica. Siempre le interesó la complejidad de la belleza de la mente humana y entender su funcionamiento; así como ser un soporte para que las personas superen sus desafíos emocionales y vivir de una forma más plena y feliz.

Actualmente imparte el Diplomado Intensivo en Inglés, en el recinto del ISFODOSU en Santo Domingo, Félix Evaristo Mejía, FEM, experiencia que para ella ha resultado ser una oportunidad invaluable, en la que comparte conocimiento, inspira a las mentes jóvenes y es parte del crecimiento de futuros profesionales.

“Tengo en mis manos una hermosa responsabilidad y gracias al ISFODOSU puedo guiar, motivar y contribuir al desarrollo de los estudiantes, quienes han formado parte de mi vida y los estimo mucho”, relata Deschamps entusiasmada.

Ha impartido docencia en UNAPEC, pero admite que ser docente en La Pedagógica Dominicana le ha dejado una marca profunda. Ver el crecimiento y la evolución de los estudiantes, aprender de ellos y de sus perspectivas, y ser parte de su viaje hacia el conocimiento ha sido realmente gratificante. Dice que con ellos aprendió la importancia de la empatía, la paciencia y la constante búsqueda de mejorar sus métodos de enseñanza para adaptarse a las necesidades cambiantes de sus alumnos.

“He realizado algunos cursos como Open Learning Teacher Development Program, mhGAP Humanitario, salud integral de los y las adolescentes, primera ayuda psicológica (PAP) en el manejo de emergencias, EFL Methodologies Training, entre otros y estoy abierta a seguir aprendiendo. Considero que la educación es un viaje continuo y tengo planes de continuar evolucionando”, nos dice la docente.

Se identifica con la frase: “La educación es el arte de hacer visibles las cosas invisibles”, de Jean-François Lyotard. A todos esos jóvenes que como ella quieren ser docentes les insta a que mantengan viva su pasión por el aprendizaje y la enseñanza; que sean flexibles, abiertos a nuevas ideas y siempre estén dispuestos a aprender de sus estudiantes, considerando la empatía y paciencia como cualidades fundamentales que permiten no subestimar el impacto positivo que pueden tener en las vidas de quienes enseñan.

“Defino a un buen educador como alguien que va más allá de simplemente transmitir información. Un ser humano que inspira, motiva y despierta la curiosidad en sus estudiantes. Es paciente, empático y adaptable a las necesidades individuales de cada alumno. Un buen educador no solo enseña, sino que también escucha, guía y fomenta un ambiente de aprendizaje inclusivo y positivo. Además, un excelente educador es un eterno aprendiz, siempre dispuesto a crecer y mejorar para brindar lo mejor a sus estudiantes”, culmina Gabriela.

RL

 

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